Por: Mario Luis Pennella
Cuando vemos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tanto hacinamiento de desiguales que viven a la vera de los ferrocarriles o debajos de los puentes, nos preguntamos el porqué, la respuesta sale casí al unísono de la pregunta, es la permisibilidad política del clientelismo.
Aunque esta parezca una respuesta poco considerable y si de amplia retórica política, también nosotros vamos a hacer una consideración a los efectos de tratar de mitigar esta decadencia de existir, y plantear alternativas.
En la República Argentina hay demasiado espacio para que este no sea ocupado, y también en los mismos muchísima mano de obra pra trabajar, primero en la cosntrucción de viviendas, y luego para extender en una positiva atracción de inversiones para industrias de todo tipo.
Claro la mano política también debe ser positiva, sino de nada vale, por cuanto a lo mejor el manejo clientelista de esta forma actual puede ser manejado sin desembolso de mucho dinero estatal, en cambio lo que proponemos es con desembolso del estado, a los efectos de poner en productividad a todos aquellos desocupados hacinados e indigentes.
Lo más notable es que justamente no se encuentra ese espacio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sino en el interior de muchas provincias, en especial aquellas que representan una gran riqueza a explotar en la Patagonia Argentina.
Tratar de seguir creando villajes en la ciudad, no solo trae lo mas perdonable, la vista hacia el exterior, sino todo un cúmulo de problemáticas domésticas que son totalmente solucionables, pero que al estar manejados por la política clientelista, hace que se torne dramatizada y compleja.
Hemos visto hace años con gobiernos de este mismo color político, atender a darles viviendas dentro de la ciudad, a individuos que luego vendían sus viviendas, estas otorgadas por el estado, y aún otro escalón doloroso el habérsele entregado a muchas personas extranjeras, que luego se hacinaban nuevamente, vendiendo las viviendas a bajo precio, a individuos que trabajaban para la política.
Creo que para poner en marcha una acción social, verdadera de solidaridad, es dando trabajo, y consolidándolo, para que este siga su curso de prosperidad, y no que dacaiga en estratagemas, que a la postre redundarán en nuevas villas de hacinamiento de desiguales.
Ver a la vera del ferrocarril Mitre en la zona de la famosa villa 31 hacia el norte (estación Saldías) y las del ferrocarril San Martín en la zona de la Paternal y otras adyacencias, es realmente vergonzante, más cuando somos el país que poseemos una industria alimentaria para 300.000.000 (Trescientos millones) de seres humanos, y que nuestro patrimonio nacional, según los valores económicos actuales dan rindes que ponen en evidencia según las declaraciones al respecto, la posibilidad cierta de producir este cambio, ambicioso tal vez, pero hoy no imposible.
Siempre cuando a quienes hablamos o hacemos críticas sobre temas sociales principalmente, no echan en cara que no damos respuestas a soluciones posibles, y cuando las exponemos. le dan vuelta y vuelta, para dejar nuevamente en punto cero, quedando flotando en algún menester que sirva para un discurso, y hacer gala del orador político de barricada, como un actor de "pico de oro" el cual dice pero no hace, sino que hace política, esa política sucia que ya no tiene asidero en el pueblo argentino, a esta altura del siglo.
Decía justamente el general creador de este movimiento político, "mejor que decir es hacer".
Es esa la esperanza de los argentinos para que los políticos cumplan lo que prometen, desde aquellos tiempos en que este hizo esa expresión, una expresión en que con el tiempo fué solo eso una expresión.
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