19.3.08

EL GOBIERNO Y EL CAMPO

Por: Mario Luis Pennella

El gobierno nacional sigue aumentando las retenciones, de manera tal que presiona sobre ellos, al punto de obligarlos a tomar medidas, las cuales van en contra la nación pero también muy especialemente contra los productores pequeños, quienes a igual que los grandes productores pagan estos aumentos desmedidos y que no tienen razón alguna de ser, ya que la soberbia implementada por el anterior gobierno continúa en este, con un encono y rencor hacia el campo de manera inusual, que atenta de manera implícita a la nación, ya que Argentina es una nación agrícola ganadera por excelencia, y por ende productor industrial de envergadura mundial, donde los alimentos son el principal ingreso de las divisas genuinas, con que de manera puntual acrecienta su patrimonio macroeconómico.

El gobierno nacional debiera tomar medidas que conformen al pueblo de manera tal, que ambas estructuras económicas beneficien principalmente a la desigualdad del pueblo pobre y en su contexto a todo el pueblo de la nación, para ello debería tomar medidas como de no aumentar las retenciones, subsidiar la ganadería y el trigo y bajar el IVA a estos alimentos al 10%, esta sería una principal medida de justicia social hacia el pueblo, la cual invoca y profundiza en sus discurso de barricadas, pero no las constituye como tal, ya que en su reproche a la época nefasta de los 90, donde la desocupación era el flagelo de la pobreza, hoy con trabajo los pobres siguen aumentando, donde se ven las fallas, justamente en estos dictámenes de aumentar las retenciones, en función de seguir perjudicando a aquellos hombres de campo, que a la postre sus ideas filosóficas enceguecen sus rencores hacia estos con más soberbia y antipatía, provocando estos acontecimientos, que en definitiva paga en primer lugar el paìs y en especulación el pueblo pobre, haciendo de la desigualdad el más nefasto criterio para perjudicarlos y ahondar la injusticia presente que tienen.

No se justifican los aprietes y las mentiras en la política contemporánea, a pesar de los desiguales y de los ignorantes, que justifican políticas de ideales progre con ideologías seudo socialistas, cuando estos viven como reyes y el pueblo recula cada vez hacia una pobreza extrema, trabajar con salarios magros por debajo de los valores que sitúan la devaluación del peso hacia el ayer, sin ponerlos en su justa medida de aplicación, son la variante económica de las miserias del pueblo, que hoy trabaja y sigue empobreciéndose aún más que ayer.

En los tiempos de $1 U$S 1 los sueldos se ajustaron a $1 no al valor dólar, un sueldo de ayer de $500 equivalente a U$S500, hoy es de U$S243.- o sea $772,74.- no llega ni por las tapas a la canasta básica, el salario mínimo de un jubilado es aún menor.

Esta es la verdad de la realidad en la Argentina con esta problemática, lo demás son solamente discursos tendientes a la confundir con palabras a un pùeblo desigual que se desvanece en la injusticia social que lo arrincona a una futura indigencia.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 19 de marzo de 2008.

10.3.08

MOYANO, EL GOBIERNO, Y LOS EMPRESARIOS

Por: Mario Luis Pennella

La discusión de paritarias está representada en un marco de conveniencias, y esto es lo que a través del acuerdo que promueve su interlecutor ante los trabajadores, y fiel representante de la CGT, Hugo Moyano, este luego de reunirse con el gobierno y algunos empresarios afines al mismo, le pusieron el porcentaje de aumentos a todos los sindicalistas que presiden los otros gremios.

De esta forma tomando la base del 19% en cuotas establece el piso y techo, además de programado en el caso del gremio de los camioneros, en etapas de aumentos mínimos, por supuesto que dicho arreglo y conveniencia para estos trabajadores, no le concita problemáticas económicas, pero a otros gremios cuyos salarios siguen el proceso del desajuste en que se vienen cocinando sus aumentos, no se encuentran para nada conformes con esta cuestión, la cual es arbitraria y necesariamente de conveniencias políticas, las cuales no se ajustan para nada al verdadero contenido de las pautas de aumentos salariales, de acuerdo a la inflación y los precios que han registrado aumentos considerables, tratados fuera de contexto, como lo viene propiciando el actual gobierno respecto de los índices que publica el INDEC, que son una total y real falacia.

Además en cuanto a empresarios afines al gobierno, que tuvieron exquisistas ganancias con las atribuciones resultantes de los acuerdos que tomaron, también bajo estas normas ajustan hacia abajo los reales aumentos que debieran merecer sus trabajadores.

Por otra parte y de acuerdo a lo que dijera el Sr. Hugo Moyano en una nota televisiva, expresando una verdad a medias, ya que asume que los sindicatos han forjado las obras sociales en pos de los trabajadores,como una justicia social, y ello es muy cierto, pero también es cierto que algunas están en un decadente estado de quiebra, donde el empobrecimiento que se ve por dentro es lamentablemente desastroso, y donde la justicia social va en desmedro del trabajador jubilado, pero su administración es tan dolorosa, crítica y fundamentalmente delicada por la falta de planteamientos que cambien o traten al menos, de justificar el daño que le han producido en su gestión, ya que fuera un ejemplo en su espíritu como en su cuidado y valores profesionales médicos que la constituían como una las primeras en su género en América latina, hoy es tan vergonzante su estado, que para quienes la han conocido en esas épocas les causa un tremendo pesar por el abandono en que se encuentra.

No es la única que está atravesando malos momentos, pero también hay que intervenirlas para paliar las malas administraciones y hacer valer las leyes al respecto de quienes han vaciado la misma en provecho propio.

Será tarea del Estado Nacional subsidiarlas y ponerlas a tono con la realidad, pero también debe precisar que estas continúen actuando como Instituciones, sino la lluvia de juicios al estado será una tremenda demanda.

La política salarial y los procesos inflacionarios falaces de la realidad deben modificarse en bien del trabajador,sino estarán negando la justicia social, como se la han negado a los trabajdores jubilados, quienes esperan aguantar a no morirse antes para percibir lo que el Estado Nacional les adeuda.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 10 de marzo de 2008.