Por: Mario Luis Pennella
Vemos con alta preocupación como se defiende desde el gobierno nacional a todo aquello que aparenta con sentido corrupción.
Hoy es el caso de una funcionaria a quien ante las denucnias periodísticas de un matutino este es desvirtuado por el Jefe de Gabinete con reunión asistida por él mediante.
Nos encontramos en que la justicia tiene este como un caso más, ya que los casos como Skanska, los gasoductos norte y sur, la Ministra de Economía y otros no resueltos por la justicia todavía (los dineros de la Pcia. de Santa Cruz en el exterior) etc. siguen llenando en la sociedad la diyuntiva de creer que algo malo pasa, es decir que siente la sensación de que la corrupción está en plena evolución.
No es tolerable además que el candidato del gobierno en la provincia de Buenos Aires no llene los requisitos necesarios para acceder a participar siquiera de la elección, ya que no cunple con el período de radicación en la provincia en que pretende postularse y que la Constitución Provincial claramente no le permite.
También hay una sensación cierta de que la estrategia de que la candidata presidencial sea la esposa del señor Presidente de la Nación, abriendo un camino a una suceción de años de mandatos por parte de ellos, allanando las reelecciones no acreditadas por la Constitución Nacional.
Si bien nadie le impide a la señora Senadora Cristina Fernández de Kirchner postularse, es obvio que se basa en una estrategia a futuro, a los efectos de mantenerse por varios períodos más en el poder como factor de sucesiones que le permitirán a ella y su esposo escalonarse alternativamente.
Todo ello lleva a pensar que tomando en cuenta las denuncias de corrupción presentes, los desbordes que se vienen viendo a nivel de la problemática energética, los problemas salariales que se avecinan en quienes son trabajadores, los jubilados desprotegidos con jubilaciones míseras, sin que la Corte Suprema de Justicia aún no se expida fehacientemente con la ley del 82% móvil y se persista en este falaz como nefasto 13% anual, conlleva a la sociedad toda a una profunda reflexión cuando tenga que emitir el voto, en las elecciones de octubre, a los efectos de elegir el próximo mandatario de la Argentina.
La Argentina viene logrando el éxito de la macroeconomía, pero en el reparto desigual, sigue produciendo pobreza, esta paradoja, se convierte en una controversia política inexplicable, lo que sí explica que seguimos como desde siempre, hacer crecer la pobreza en pos de una forma gobierno que a resultas repartirá dádivas a los desiguales y en cambio fortlecerá a los iguales y a ellos, los políticos, no solo en sus economías sino en su poder.
Desde 1983 comienzo de la democracia en la Argentina, no hemos avanzado en relación al mundo del futuro, sino que por el contrario seguimos estancados en la vulgaridad, donde se esfuerzan conmover en lo mediático a la población, sin poder desarrollar los medios necesarios para elevar la educación y las posibilidades de progreso de los pobres, ese olvido de la juventud como de los ancianos, se traduce en un fin retrógado en la política, volcando nuevamente todo aquello obsoleto en materia de política positiva, y en cambio hace retroceder a una nación como Argentina, la cual tiene las posibilidades de un gran futuro por su geografía, por sus recursos y por su pueblo, llevamos estos muchos años ya de democracia 24 años, para ejemplos de otros países con mayores problemas, surgieron con estos años o menos hacia el futuro que hoy tienen, engrandecidos por su lógica de hacer y repartir equitativamente a los desiguales.
Quiera Dios que no volvamos a equivocarnos y elijamos al mas justo y democráta y comencemos a caminar el camino en paz, con trabajo educación y salud y una seguridad que consolide ese camino y esa paz.
Ciudada Autónoma de Buenos Aires, 12 de julio de 2007.
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