Por: Mario Luis Pennella
Se terminaron las elecciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el triunfo de Mauricio Macri por un rotundo 61%.
Resultado este que muestra a las claras que los porteños tienen a pesar de ser "impensantes" votantes, según el perdedor Dniel Filmus, un criterio ganador sobre la política que prefiere y un rechazo sobre aquellas medidas que rayan con las mentiras y la soberbia.
Ser pensante es sinónimo de no tener miedos a los caprichos de quienes en política se creen ganadores merced de sus discursos que tratan de amedrentar y hostigar a quienes no comparten sus ideas, y mucho menos cuando se dicen ser los mejores. Justamente nadie puede valorar ideas en la jactancia de lo que propone es mejor, cada uno de los individuos somos independientes del pensamiento, el entendimiento y la valorización de las ideas.
Justamente esa independencia han ejercido los votantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ejerciendo su derecho a votar en libertad democrática, avalando que las presiones no son necesarias para justificar un cambio, sino que un pueblo es y seguirá siendo soberano en sus decisiones.
La hegemonía del gobierno está entrando en su punto crucial ya que también perdió el candidato oficialista en la provincia de Tierra del Fuego, y además por primera vez es gobernadora una mujer en una provincia argentina.
El gobierno hegemónico en estas últimas tres elecciones las ha perdido, Neuquén con el Movimiento Neuquino, Tierra del Fuego con el ARI y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el PRO.
La lectura política indica que no siempre el poder por más poder que tenga justifica el liderazgo de un todo, cuando este acumula voluntades a costa de "inquietantes negocios políticos" que se asemejan a estrategias que determinan una autocracia, estas causas no las toleran los pueblos democrátas, ya que no se pueden subordinar las libertades de pensamiento.
Creo por último que el pueblo está marcando un cambio, y una necesidad imperiosa y determinante que la justicia social no sea un deseo sino una realidad absoluta, ya que la inclusión social debe ser para todos aquellos individuos de buena voluntad que lo deseen una obligatoriedad de todos los políticos de incluírlas en sus gestiones, para que los desiguales vuelvan a tener oportunidades de una vida de porvernir y futuro.
El comienzo está en marcha Dios quiera que Argentina comience el proceso de una acción de conciliación y de inteligencia para el logro de una mejor vida para todos los habitantes de este rico suelo.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 25 de junio de 2007.
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