Por: Mario Luis Pennella
Nuevamente y entrando a las últimas tres semanas estipuladas para el ballotagge, esta comienza entrando en una nueva e intolerable asechanza de guerra sucia hacia el representante opositor del candidato oficialista.
Es lamentablemente sucio el esfuerzo del gobierno por descontar los 22 puntos de ventaja que sacara el ganador de la primera vuelta Mauricio Macri a su contricante político Daniel Filmus.
Las difamaciones y los artilugios innesesarios, como la desagradable función del Gobierno Nacional en boca del Sr. Presidente de la Nación hacia el oponente del oficialismo, es una mera muestra de la falta de ética democrática, lo cual consolida una vez más, que el gobierno hacia los opositores políticos, cualquiera fuere su signo, tratará denostar.
Estas sucias campañas ponen de manifiesto que las viejas manías de la politiquería en la Argentina, siguen subyugando la satisfacción de quienes a la postre tienen el poder en su momento, lo cual privilegia a la anti-ética democrática, que debe prevalecer en cualquier contienda bien entendida.
Si bien es cierto que el sr. padre de Macri, tuvo que ver con la política del menemismo, es también bien cierto que el Sr. Presidente de la Nación tuvo que ver con Menem, y que el candidato Filmus tuvo que ver con Grosso, Intendente en uno de los períodos del presidente de los 90.
Pero lo que se debate en función de los cargos que tendrán a futuro estos dos políticos, y que le interesa a los porteños, es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para lo que se convocan, sus políticas afines a esta ciudad.
En cuanto a la política nacional, se verá en octubre ese debate, el cual hoy podríamos dar un puntapié inicial, preguntando si el crecimiento de la economía es para todos por igual, cuando la Iglesia habla de la desigualdad social, la cual es una verdad que no se puede desmentir, ya que hacerlo sería blasfemia pura. La inequidad no es nueva, la disminución jactanciosa de desigualdad, si bien mejoró respeto de 2001, sigue siendo tan pobre que la gravedad de la situación es un realismo inocultable.
Pero las cosas son así en esta Argentina, que con estos argumentos continúa perdiendo lamentablemente acción decididamente política, para que la justicia social llegue al seno de todos los desiguales por igual.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, jueves 7 de junio de 2007.
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