11.10.06

FÚTBOL,BARRAS BRAVAS, POLÍTICOS ETC.

Por: Mario Luis Pennella

El fútbol un deporte nacional por aficción, concentra multitudes de "simpatizantes" o mejor dicho de "hinchas" o tal vez "barras bravas", quizá todo, pero fundamentalmente vemos que el simpatizante es un expectador que está proclive a incluírse en la violencia, el hincha es casi un socio de ella, y los barras bravas son los individuos del "uso" de los directivos de clubs que incentivan a estos delincuentes a actuar de acuerdo a sus códigos de conveniencia, no con el espectáculo en sí como deporte sino en los intereses que el fútbol genera para ellos, produciendo los desmanes que degeneran en violencias que nada tienen que ver con el deporte y mucho menos con el sentido cultural de las buenas costumbres, el respeto mutuo etc. si en cambio con la delincuencia que no solo genera la gresca con los consabidos heridos de la batalla, también los robos y violaciones a aquellos que concurren a ver el fútbol como deporte.

Lamentablemente el fútbol ha traído varias víctimas fatales en su historial, y no se ha aprendido nada ni hecho nada en absoluto para mejorar el expectáculo como un deporte sano para ver en familia, como muchos periodistas han querido hacer editoriales en favor de esta idea, pero que hasta el momento se ha visto truncada por el contrario, ya que cada vez se observa más violencia producida por estos delincuentes llamados barras bravas.

Es muy sabido que no están ajenos a pesar de desmentir sistemáticamente que ellos no tienen nada que ver, que los directivos de los clubes de fútbol, son quienes conocen muy a bien a estos individuos, a quienes no solo conocen sino también incentivan, y son bien conocidos por la policía y los jueces que han intervenido en mas de una ocasión en que fueran detenidos, por los actos de violencia que cometieran, pero los oídos sordos y la ceguera, sigue siendo el remedio fundamental para que estos malvivientes existan y prosigan ocasionando violencia, depredaciones etc.etc. porque en la Argentina todavía no se conoce la palabra control, educación, deporte en el fútbol.

Pero existe en este metier otro condimento que ha venido sustentándose hace ya unos años, es que los políticos han visto que para ellos conducir o estar como directivo de un club de fútbol, rinde significados votos, publicidad mediática y "negocios" que valorizan "status quo", pero lo fundamental es que pueden hacer "uso de los barras bravas" para distintos ejercicios que le demandare la política, como ser algunos determinados actos de "apriete" a algunos molestos periodistas u ocasionales opositores que realizan manifestaciones en contra de ellos etc. etc.

Es decir que los políticos han visto que el fútbol es muy redituable para sus caprichos electorales y de poder, y han hecho una "brillante" intromisión en los designios de algunos clubes para sus negocios políticos.

En cuanto a estos "trabajadores de barras bravas" lo hacen con incentivos mucho mejor que los trabajadores de cualquier gremio que tengan buenos salarios, obras sociales etc. ya que han viajado por el mundo para presenciar el Mundial de Fútbol en los distintos países en que se han realizado, sin problemas, salvo en el último mundial donde Alemania país organizador, no permitió el ingreso de los violentos extremos, haciendo que en la Argentina hubo de disponer por la justicia los ajustes necesarios para hacer buena letra, en cambio siguen en el país haciendo de las suyas por cuanto el control es inexistente, como también las sanciones a que deberían ajustarse.

La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) es dirigida por un individuo que también alienta la violencia, ya que es conocido la presión, intolerancia y amenaza de muerte de un dirigente hacia un árbitro de fútbol, en que la decisión de este máximo ente hacia el dirigente en cuestión, ha sido una aprobación a la violencia, por consiguiente el fútbol desde su más alto nivel dirigencial, acepta esta forma de la práctica de este deporte entre comillas, ya que la distorsión en las canchas de fútbol que provoca la violencia supera al deporte como expectáculo.



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