Por: Mario Luis Pennella
Los atentados a la Embajada de Israel como a la A.M.I.A. siguen totalmente impunes.
Han transcurrido 12 años del ataque terrorista a la sede de la A.M.I.A. y se volvió todo a fojas cero. Algo que marca él período de corrupción política, que nos lleva a repensar en la justicia, en que grado han tratado por todos los medios, a un destino sin comienzo, donde la puerta en la búsqueda del atentado nunca existió, y sí hubo inventadas investigaciones que pusieron un gran portón de imupunidad y corrupción.
La investigación ha caído totalmente a fojas cero, donde todo lo instrumentado fué solo un cúmulo de teatralización de la causa, para impedir llegar a puntos culminantes que hubieren traído la luz a una verdad, que hasta hoy es solo un gran deseo de esperanza de justicia.
Doce años que a la hora de haberse cometido dicho atentado, escuchamos y recordamos el tremendo hecho, con familiares clamando por una justicia, que se hace oír al comienzo mismo de cada acto con el sonido epecial, que caracteriza este triste episodio, con un recuerdo de doce años de lágrimas de familiares y amigos de las víctimas y lágrimas de quienes en el recuerdo sin ser familiares o amigos, también brillan en nuestros ojos por el dolor, dolor y bronca que nos causa la impunidad la injusticia y todo lo acontecido alrededor de este trágico tema, el cual pone sobre el tapete una cruel evidencia a una corrupción que se cierne sobre los atentados cometidos por el terrorismo.
Lamentablemente, hoy vivimos desde aquellos luctuosos sucesos, una singular inseguridad, puesta de manifiesto en los hechos delictivos de múltiples características que azotan las ciudades.
Esperemos que antes de que prescriba esta causa del atentado a la A.M.I.A. (faltan 3 años) para ello, podamos decir se hizo justicia, y no queden impunes ningún delito, donde aflore la justicia justa hoy ausente.
Ciuadad Autónoma de Buenos Aires, martes 18 de julio de 2006.
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