Por: Mario Luis Pennella
Es ya intolerable la inseguridad reinante en la Capital Federal como en el cono urbano bonaerense.
Pareciera que las vacaciones han acrecentado aún más la inseguridad, y a su vez la inacción hace lo propio, ya que no se han tomado medidas tendientes a reducirla con antelación y tampoco lo hacen ya en pleno auge, producto del tiempo estival.
La inseguridad sigue siendo sin ningún lugar a dudas, una de las causas más dolorosas en la cotidiana vida de los vecinos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, como aquellos que residen en el gran Buenos Aires.
Siendo estas zonas asoladas por la delincuencia, como un común denominador preponderante y preocupanate.
Se ha hablado desde el gobierno muchas veces de aplicar medidas, principalmente cuando muchos de los casos han sido resonantes, pero vemos que hasta ahora no han dado resultados positivos, no solo por la obviedad en que han sido tomados, sino también por no querer poner en práctica, quizá medidas que para el cariz político que tiene este gobierno, no les convenga a sus políticas de inseguridad, ya que la población en general como los opositores, buscan medidas de acción mucho más severas, lo que no quiere decir sobrepasar la justicia, sino hacerla cumplir con todo el rigor y no atenuarlas con "chicanas jurídicas" que conllevan a devolver a la sociedad a delincuentes peligrosos, que continuarán cometiendo delitos de perversidad que conmueven por su grado de criminalidad.
La delincuencia criminal debe ser reprimida de acuerdo a las leyes, pero de ninguna manera a la reiteración en los delitos, sostener posturas de benevolencia para aquel delincuente que sigue cometiendo delitos, por cuanto ha quedado demostrado en muchísimos casos que la reincidencia, han traído nuevas víctimas, las cuales podrían haberse evitado del accionar de estos criminales, de haber cumplido con el período de prisión que le correspondiere.
La llamada mano dura no debe ser aplicada en el accionar de los auxiliares de la justicia, sino en quienes deben aplicar las leyes en cuestión, y hoy lamentamos a que muchos jueces toman decisiones en su juzgamiento, donde son proclives a sancionar con sentencias leves a creiminales violentos y reiterativos en el delito criminal.
Es también de vieja data en el Congreso Nacional, la restructuración de los Códigos Penales, donde siempre pareciera, que los legisladores al legislar leyes en este sentido, defendieran al delincuente quizá por el temor político en desmedro de la ciudadanía, que luego soporta los errores de la justicia no justa.
Es tiempo ante esta avanzada en los delitos que se producen, en la cotidiana vida de la Argentina, que las autoridades pertinentes, busquen solucionar con la prioridad que amerita, este transcedente como doloroso tema de la inseguridad, la cual es ya sumamente intolerable.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 29 de enero de 2006.
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