CASO ÁNGELES RAWSON
Este caso emblemático y triste, ha sido llevado por un camino totalmente fuera de lugar, ya que la forma en que los medios de difusión, más precisamente la televisión le diera la amplitud al tema de un crimen aberrante y de una crueldad más dolorosa aún, debiera considerar la justicia implementar medidas para los futuros juicios penales principalmente, donde la televisión para no hacer el negocio del rating, y tergiversara la acción judicial, tendría la prohibición de acceder al expediente en cuestión y su divulgación, de ese modo la defensa no tendría el medio para "ensuciar" las causas, de manera tal, que lo atinente a la valorización del expediente y la práctica de acusación y defensa, no se viera dañada, todos los comprometidos con esta también debieran guardar el mayor silencio que alterara la investigación judicial,y solamente expresar lo ya sabido por lo escuchado y dicho por la policía, de ese modo las causas se harían con el debido proceso y con el respeto de la sabiduría y entendimiento de la ética, que mucho ha faltado en este desgraciado crimen a propósito del mismo y sus comentarios mediáticos.
La ética debiera ser el privilegio de los señores profesionales de la justicia y no vulgares leguleyos puestos a hacer declaraciones que intentan llevar las causas a su favor, con declaraciones y debates televisivos que solo degeneran el proceso legal al extremo de una vulgaridad ante un hecho de extrema seriedad y que nada tienen
que hacer los factores ajenos a la justicia y sus entendimientos jurídicos establecidos.
El periodismo también debe tener la ética de no profundizar al extremo, para el logro de sus cometidos de rating y egolatrías sin importarles a los sufridos familiares de las víctimas, que ven y escuchan las barbaridades más crueles a veces, en boca de individuos que nada tienen que hacer en los medios.
Creo que hemos retrocedido con relación a muchas cosas en estos años en la Argentina, y el factor de ganar dinero a costa de cualquier cosa en los medios, ha traído una vil competencia en la televisión, donde muchos programas no se miden en absoluto en la educación y la ética periodística, donde no se miden la palabras soeces ni tampoco las groserías ni aún el respeto a los menores en horarios de protección para estos etc.
La educación era un hecho fundamental en otros tiempos, sabemos que en el mundo ha cambiado, pero creo que en nuestra nación se ha extralimitado el límite del respeto.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 4 de setiembre de 2013
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