6.6.10

EL JUBILADO ARGENTINO


ESPERANZA DE UN JUBILADO PARA PERCIBIR EL SALARIO DIGNO
Por: Mario Luis Pennella

La esperanza del jubilado es nada más ni nada menos en la Argentina, tener la justicia social que le acuerda el artículo 14 bis de la Constitución de la Nación Argentina, pero el gobierno que actualmente gobierna, el cual tiene cautivo el capital aportado en el ANSES, (organismo estatal que administra los fondos de los jubilados y pensionados) a los efectos de emplearlos donde ellos crean conveniente y discrecionalmente invertir, por lo tanto ante los gastos de subsidios arbitrarios, ante los gastos del clientelismo político o los exagerados y elevados gastos públicos, que deteriora la economía y produce la inflación creciente, nuestro gobierno deja de lado a los hoy ex trabajadores, viejos ya, para que los mismos requieran de un letrado que defienda sus derechos constitucionales, pero también le es trabada su gestión jurídica, ya que los "plancha" o "cajonean" por largos períodos de tiempo que solo algunos en su debido tiempo, logran satisfacer en 5 años sin haber caído en enfermedades o muerto, puedan percibirlos y lograr un poco de salud económica y armonía en su hogar pudiendo hasta satisfacer comprar no solo los alimentos sino los remedios, que muchas veces requieren sus dolencias y que en algunos casos, los mismos son de considerable valor, no solo específico sino en el precio que cuestan y en que no se consigue en las obras sociales, hoy algunas comprometidas con la corrupción de sus dirigentes, que la han puesto en delicada situación no solo financiera sino estructuralmente, habiendo perdido los adelantos conseguidos cuando los hoy ex trabajadores forjaron con sus aportes obras sociales ejemplares hoy destruidas económicamente, y en este presente estas obras sociales se encuentran en una miserable situación.

La dirigencia política argentina no ha tenido en cuenta en estos más de 26 años de democracia, de traerles a los ex trabajadores hoy jubilados, justicia social, sino por el contrario han denigrado la acción social misma del derecho adquirido y propiciado la desnaturalización del concepto solidario, trabajador activo trabajador pasivo, el cual está implícito en el artículo 14 bis de la Constitución de la Nación Argentina, 82% móvil, igualdad de salario para un mismo trabajo, bienestar luego de acogerse a la jubilación, garantizando el mayor sueldo de acuerdo a sus aportes, por derecho, instaurado en la jurisprudencia y consolidado como un bien de futuro en la vejez bien asistida, y concebida a través de haber trabajado por más de 30 años y aportado para tal cometido.

Es lamentable la corrupción política, que se ha apropiado de los fondos de estos jubilados, para tapar embrollos de causas ajenas, en perjuicio de estos y concebir poliquerías insostenibles en dádivas miserables y reprochables, las cuales no alcanzan en sus aumentos salariales para comprar lo mínimo indispensable de una copa de leche, valores morales trastocados por vanidades absurdas en pos de satisfacer poderes garantizados con los dineros aportados por los ex trabajadores, inmoralidad que produce dolor, ante tanta maldad hacia los ancianos, indefensos y humillados.
Para poner una síntesis, podemos preguntar si alguno de estos individuos hoy viejos jubilados pueden vivir con un salario mínimo, el cual no alcanza para los mínimos alimentos de la vida cotidiana, y no hablemos de otra cosa que obviamos por cuanto estas no se pueden considerar en un salario de 800 a 1000 pesos mensuales.

La Confederación General del Trabajo (CGT) con su hoy jefe, Hugo Moyano, habla en sus disertaciones elogiando la acción del gobierno sin verguenza, cuando debería estar criticando estas acciones hacia el derecho de los jubilados desajustados en sus salarios de miserias.

Es esta la realidad no virtual del jubilado argentino, el cual reposa en su espíritu loable y sano de haber cumplido con la patria, luego de su esfuerzo en sus más de 30 años al servicio de una dignidad de trabajador honesto y de aportes correspondientes, no de aquel que hoy se jubila con su edad y quizá como más de uno sin haber trabajado cuasi nunca, si hago la excepción para la mujer, la cual se justifica, ella es difícil que no haya trabajado en el hogar o en algún trabajo, sin que le regulen aportes, pero el hombre ha tenido desde que nace la obligación de hacerlo, no veo mal el tema de aquel que no pudo o se quedó sin trabajo, pero hay que regular hacia arriba, no bajarles el salario a la mínima a aquel que trabajó aportó y se jubiló.

En Argentina la politiquería en este caso como en otros siempre no mira hacia abajo al pueblo, solamente mira el bienestar del político, allí es donde la corrupción contamina la moral y se extiende cual metástasis cancerígena de inmoralidad.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 5 de junio de 2010.
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