28.6.10

SEÑORA PESIDENTA. . . LEA

POR: MARIO LUIS PENNELLA

Vale la pena leerlo...

DISCURSO DE LA DIPUTADA LIDIA "PINKY" SATRAGNO EN LA SESION ESPECIAL POR EL BICENTENARIO


Creo que, en vez de rendirles un homenaje, deberíamos hacerles un desagravio a los hombres de Mayo.

Es cierto que, hace 200 años, había en la sociedad –como hoy y como siempre—porcentajes de mediocridad, mezquindades y enfrentamientos.

Sin embargo, al lado de esas fallas, nuestros antepasados derrocharon genio, generosidad y espíritu solidario.


Aquellos patriotas tenían visión, tenían objetivos y tenían capacidad de lucha:

- Contagiaban su patriotismo a la sociedad.

- La invitaban a una gesta.

Hoy, los argentinos no nos sentimos convocados a ningún esfuerzo común. No creemos en la unidad entre gobernantes y gobernados. No pensamos que nuestro bienestar está en manos de quienes conducen la Nación.

Quiero referirme a un hecho simbólico, no sin antes advertir que amo el fútbol. Soy “cuervo” y vibro con la selección.


Lo que me estremece es que hoy, en el Bicentenario de la patria, la esperanza de ganar en Sudáfrica sea el ÚNICO factor de unidad nacional.


Hace unos días, en Israel, Charly García interpretó su versión del Himno Nacional ante millares de argentinos.

- Al finalizar, no hubo vivas a la patria lejana;

- La multitud comenzó a corear “Volveremos, volveremos”, como si sólo la moviera la posibilidad de ser “campeones, como en el 86” .

Lo peor es que ese gesto sugería que, en caso de perder la selección (Dios y Messi no lo permitan) nos quedaríamos sin ningún factor de unión.

Creo que todos debemos reflexionar sobre el papel que cumplimos en esta sociedad.

Los que no somos Maradona, ni Mascherano, ni el Pipita Higuaín, ¿qué hacemos para que nuestros compatriotas se sientan orgullosos de ser argentinos?

* ¿De qué se ocupa esta Cámara de Diputados?

* ¿Cuáles son los proyectos que trata y cuáles son los que no trata?

* ¿Cómo van a cambiar, nuestras decisiones, la vida de la gente?

*¿En qué ayudaremos a que la Argentina se desarrolle, económica y

socialmente?

* ¿Qué aporte haremos a nuestra alicaída educación?

* ¿Vamos a quedarnos cruzados de brazos mientras la inseguridad se

lleva cientos de vidas por semana?

* ¿Seguiremos tolerando la desigualdad social obscena?

A mí me indigna cuando se me dice que “es difícil” hacer todo lo que deberíamos hacer. Que hay “muchos obstáculos”. Que los medios de comunicación no ayudan.

* ¿Era fácil construir, partiendo de cero, la armazón jurídica de un nuevo Estado, formar una burocracia, establecer un sistema judicial y crear un sistema monetario?

* ¿Era fácil enfrentar a los fogueados militares realistas?

* ¿Era fácil improvisar ejércitos con desertores, libertos y presos?

* ¿Era fácil, para un abogado como Manuel Belgrano, ganar las dos bata-

llas más trascendentes de nuestra historia patria, Salta y Tucumán?

* ¿Era fácil cruzar los Andes para liberar Chile y luego ir por mar a liberar el

Perú?

Los obstáculos que hoy tenemos son ínfimos al lado de los que debieron superar los próceres. No busquemos excusas. No convirtamos el Bicentenario en un show frívolo e intrascendente.

Como ferviente belgraniana que soy, pido que oigamos lo que, tantos años atrás, quiso enseñarnos Belgrano:

“Este país, que al parecer no reflexiona ni tiene conocimientos económicos, será un país desgraciado, si esteriliza la feracidad de sus tierras y desatiende su industria. Pero eso no es todo. Sin educación, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos”.



También dijo: “Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria."

Belgrano nos enseñó qué debíamos hacer !



Pero también nos enseñó cómo debíamos hacerlo !



Dijo que era necesario “trabajar por la patria poniendo voluntad, no incertidumbre; método, no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia." El lo cumplió.

Recomendó, además, que los gobernantes no buscaran “glorias ni honores”, y que no respondieran a “intereses” distintos de los intereses de la Patria.



El día que todo esto sea verdad en la Argentina, podremos festejar sin hipocresías.

Ojalá sea el 9 de julio de 2010.

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, 28 DE JUNIO DE 2010.

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