8.8.07

SEGÚN PASAN LOS AÑOS Y EL 82% DUERME

Por: Mario Luis Pennella

Para comenzar con este tema lo haremos por el principio "LA DIGNIDAD SE LOGRA CON EL TRABAJO, NO CON DÁDIVAS NI PRIVILEGIOS" palabras del Cardenal Bergoglio, triste verdad que duele.

Desde 1990 la lucha de los jubilados hoy cumple un nuevo año de períodos de olvido, mentiras y la determinación de poner la justicia social expedida por la Suprema Corte de Justicia, en su punto final, donde las vergonzantes chicanas y entendidos por parte del gobierno que no se ajusta no solo a derecho, sino a una soberbia que extralimita sus funciones democráticas en desmedro de los jubilados, esperando que la muerte de estos dejen sin cumplimentarse la dignidad ganada con el sudor de sus frentes, habiendo aportado religiosamente a los efectos de hacer justicia a su trabajo durante más de 30 años, negándoles el famoso 82% móvil establecido por ley, el colmo de su conducta para con los jubilados es interpretar esta ley con una dádiva del 13% anual, lo que consiste en una burda mentira de la realidad que sustenta la ley, hoy como lo decía un periodista y de acuerdo al aumento de la leche solamente desde este período de tiempo que se lucha por esta ley, la mínima de un jubilado tendería a más $1.100.-, lucha que recuerdan a aquellos pioneros de pedir la justicia social a sus derechos de jubilados, Izmizcoz, Plá y otros tantos que ya no están, y por supuesto no vieron ni verán la llegada de la justicia para ellos, pero quienes aún existimos en este mundo seguimos viendo como este gobierno continúa con su indiferencia, quizá esperando que ya no quede nadie, el Congreso con sus diputados partenecientes a un movimiento que habla de justicia social y solidario con la voluntad del señor Presidente de la Nación, que niega el justo derecho, pero que complace a los sres. diputados y senadores para los correspondientes aumentos de sus dietas, movilidades etc. donde la partidas de los fondos están siempre listas para sus satisfacciones inmediatas, y aún escuchando la protesta de algunos inescrupulosos y soberbios hacia el periodismo por hacer notar las diferencias, de los logros salariales.

Estas verdades dolorosas no son menos elocuentes que las del ex presidente Menem cuando decía ser un jubilado más o de su ex ministro de economía Cavallo llorando en un halo cerebral de humano, ante la luchadora Norma Plá.

Tienen la misma igualdad de la indiferencia que soportamos todos aquellos que hemos trabajdo durante períodos de 30 o más años dignamente y aportado a los efectos de jubilarnos también dentro de esa dignidad que hasta ahora nos niegan, no por negligencia u otro factor,sino simplemente por la soberbia e indiferencia con que desde los distintos gobiernos hasta este del presente, nos miran a nosotros los ex trabajadores, hoy abuelos jubilados.

Viva la dignidad del trabajador viva la dignidad del jubilado argentino.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 8 de agosto de 2007.

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