12.12.06

JUBILADOS SIN JUSTICIA JUSTA

Por: Mario Luis Pennella

La injusticia en el juicio de una jubilada, la cual tenía sentencia firme en el año 1986 y con chicanas absurdas y miserables desde 1994, han seguido el proceso hasta ahora, pero lo más considerable y de una acción aún más miserable todavía es la consideración del fallo, apelando que los dineros del superávit del A.N.S.E.S. hayan sido destinados a otros asuntos ajenos a los jubilados.

Se habla de que no hay presupuesto cuando es falaz la apreciación, sabiendo que esos fondos existen y existieron. como así también aquellos que se deniegan a unos (los jubilados) para ofrecerlos a un destino que su única culpabilidad es la corrupción política, una corrupción en que los derechos humanos le sirven a lo político, a la ideología o a más precisamente a las ideas, aquellas que no son justamente y lamentablemente a los objetivos altruístas de la democracia sino las conveniencias, a las que está sujeta la corrupción, a los efectos que los fondos lleguen al reparto de la rapiña y no de aquellos que hicieron patria con el esfuerzo de su trabajo honesto y no digno en sus salarios como son aquellos que luego de jubilarse, perdieron todo el valor adquisitivo, desposeídos por esa infame corrupcíon que asite a a política desde el advenimiento a la democaracia en 1983, siendo un castigo sistemático y doliente a toda la clase pasiva desde entonces, con toda una marejada de leyes, cuya resultante fue el despojo constante de la dignidad de sus salarios.

Es aún más dolorosa cuando un diputado como el Sr. Bonasso, quien dice ser un defensor de los derechos humanos, se queja soberbiamente a sus pares periodistas, cuando estos han manifestado lo impropio del aumento que se han ajustado dichos legisladores, en una suma de $2000.- precisando que si hay fondos presuspuestarios a tal fin pero no para aquellos, como los que estamos referenciando con respecto de la clase pasiva.

La clase pasiva, la de los ancianos que soportan todas las leyes antidemcoráticas posibles, sin derecho de recriminaciones o de acción, por ser precisamente la clase pasiva, esta clase de viejos, a la que la política argentina discrimina con sistemática apatía a considerar los derechos y valores, donde todavía son vigentes leyes como la engendrada en el gobierno del ex presidente Menem y con la firma de aquel nefasto ministro de economía , Domingo Cavallo, quien todavía como una infame ironía la bautizó de "solidaridad" una ley que les quitó la posibilidad de mantener los salarios en la dignidad del desajuste del peso, que evidenciaron y evidencian la política corrupta del sistema económico, que han llevado a cabo con estas leyes.

Todo está planteado, pero sabemos que solo nos permite la palabra decir o escribir la verdad de esta realidad que padecemos todos aquellos, que hemos llegado a este punto de la vida, y sabemos que la palabra de aquellos que tienen el poder desmentirán como siempre, y pondrán sus ponderaciones a la actitudes de haber jubilado a todos aquellos que sin haber trabajado nunca hoy podrán gozar de una jubilación, pero no estamos en contra de ello, por cuanto también se han jubilado a trabajadores y trabajadoras que eran merecedoras de las mismas, si lo estamos aquellos que hemos trabajado y que hemos aportado en tiempo y forma, por más de treinta años, y hoy tenemos la miserable jubilación sin derechos, igualada cuasi a la mínima, sin que hay una equidad y mucho menos derechos.

La jubilación en la República Argentina seguirá siendo como lo dijera aquel dirigente que creara el P.A.M.I. Francisco Manrique, " la más grande estafa del mundo"

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