24.1.06

NIÑOS OLVIDADOS II

Por: Mario Luis Pennella

Nuevamente debo escribir lamentablemente sobre estos desgraciados casos, en que los niños son objeto de olvido por las autoridades pertinentes.
En pleno centro de la ciudad, más precisamente en la zona de Retiro, en la plaza San Martín, encontramos a esta pléyade de niños olvidados, quienes viven aspirando en bolsas de plásticos el terrible pegamento, que le ocasiona los síntomas primeros de una drogadición, que a la postre lo llevará irremediablemente a ser un drogadicto en potencia, con consecuencias, las cuales no podemos medir en grado de peligrosidad hacia la sociedad, pero si hacia ellos mismos que consumen ese veneno. Siendo estos en algunos casos fatales, otros dejando secuelas incurables.
Llama poderosamente la atención, cuando leemos en algunos matutinos ante las preguntas a las autoridades, la indiferencia con que manejan estos problemas, ya que argumentan que no pueden llegar más allá por cuanto las leyes no le son permisibles a actuar, para poder sacarlos de las calles y hacerlos atender en los centros respectivos, como así también conocer a las familias de estos menores para conocer las causas, que según ellos mismos dicen, son chicos que se van de sus hogares por cuanto son castigados, maltratados o violados. Creo que de por sí los menores no pueden deambular por la vía pública solos y mucho menos dormir en las plazas bajo las sombras de las noches, ya sea invierno, verano, otoño o primavera, ni tampoco es una solución llevar a estos niños cuando padecen descomposturas, naturales de sus enviciamientos o por la falta de una nutrición adecuada, o por los fríos que le producen las consabidas enfermedades climáticas, peor aún cuando son conocidos reincidentes, creo sinceramente que quienes están con la responsabilidad de actuar, evaluar y poner en uso las leyes respecto de los derechos de los niños, no las han comprendido, y es el momento para que las autoridades competentes encuentren las soluciones que estos necesitan a todas luces.
Ya en otra oportunidad he escrito sobre este tema, haciendo clara referencia a su crecimiento exponencial desde 1998 a la fecha en forma imparable, cuando en aquel año se calculaba en 250.000 en menores de 15 años, según estimaciones de UNICEF y la Comiisón Nacional de erradicación del trabajo infantil CONAETI y que en el momento de mi exposición (2005) llegaba a 1.500.000 es decir había aumentado un 600% en siete años.
Estos niños de la Capital Federal siguen en porcentuales altos y tienen entre 10 y 15 años de edad.
Es inadmisible que no se hayan tomado medidas profundas en este sentido, para errradicar a estos niños de las callesl en que se encuentran y poner énfasis a la valorización del derecho del niño, el cual ante el desamparo de su hogar, el Estado debe tener una presencia sanitaria y educacional para el mismo, poniéndolo a resguardo de los riesgos de las noche.
Creo que no solo es una oblgación moral de las autoridades sino de todo el conjunto de la sociedad, en que debemos proteger a todos estos niños olvidados.

Buenos Aires, 24 de enero de 2006

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