Cuando alguien trata de reflexionar en política, expresa desde distintos puntos de vista, toda una serie de situaciones vinculadas con sus ideologías, opiniones, resultantes de la realidad del hoy,etc.
Pero hay una trascedental en función con la vida de cada individuo, y es naturalmente su estado social actual, aunque con variantes muy significativas, las que van desde el bienestar hasta la pobreza o peor aún la indigencia.
Lo interesante de nuestra idiosincrasia, es que debatimos a cada instante sobre cualquier alternativa de vida, y si estudiamos las situaciones en el debate en sí de quienes hoy se encuentran en una buena situación en lo económico, encontraremos la admisibilidad a muchas situaciones de mejorar al individuo desigual, pero con una notable capacidad de no ir más allá, en cuanto a la entrega de sus porcentajes de ganancias, si bien en algunos casos es deshonesto por parte de las autoridades el porcentual de aplicación al IVA (Impuesto al Valor Agregado) ya sea en los alimentos como en el vestir y el calzado, pero no es así en cuanto a otros menesteres de suntuosidad que acredita su situación de igual con capacidad de individuo pudiente.
Que quiero significar, que los argentinos tratamos en esta actualidad buscar el mejor beneficio en relación a incrementar al desigual, pero siempre donde la distancia sea una línea ganancial sin perjuicio de los intereses propios, vale decir en el desembolso al herario público el mayor gasto debe ser de este. Pareciera que no tienen razón, sin embargo es así, es inadmisible que ante una macroeconmía como esta de la Argentina actual, en donde la PBI (Producto Bruto Interno) se eleve en una constante gananacial estruendosa, desde un punto de vista internacional, y el pueblo, principalmente los desiguales, los indigentes, los trabajadores y los jubilados, reciban la buena nueva como una noticia, y no, por el contrario, con la equidad de esas ganancias en favor del pueblo, hoy lastimosamnte padeciendo una crisis, que lleva ya más de dos décadas.
Creo que la lucha ideológica de la política no debe pasar sobre los hechos del pasado, sino sobre el bienestar del futuro, si no se debe olvidar, no olvidemos nada, recordemos todo puntualmente, y no engañemos a quienes no habían presenciado los episodios oscuros que ocurrieron, creo también que la política aplicada en estrategias de enfrentamientos de desiguales, no es el camino cierto, ni de la democracia y mucho menos del camino de la esperanza de esa masa de desiguales que pugnan hoy por comer un alimento, o de aquellos del ayer trabajdores que llevaban el sustento y hoy son desocupados veteranos, ni hablar de los jubilados que siguen con los sueldos congelados o con los aumentos de dádivas vergonzantes más aún cuando el Ejecutivo se aumentó los salarios a más del 100%. Por otra parte y como tercera y gran verguenza, es considerar la lismona de $150.- que se le da a los jefes y jefas de hogar, como trabajadores, que luego bajarán los índices de desocupación, haciendo de ello una política de mentira abierta y deliberada.
Para finalizar, creo imprescindible que el gobierno ponga en marcha una urgente salida de los desiguales a la libertad del trabajo, con salarios dignos, y que comencemos a fortalecer el aparato productivo, hoy en manos de extraños, y no de los verdaderos dueños, el pueblo todo, para consolidar la paz, el trabajo, y la dignidad perdida, para nuestros hijos, para nuestros nietos, y para todo aquel que quiera habitar este bendito suelo de Argentina.
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