Por: Mario Luis Pennella
DERECHOS HUMANOS CON Y SIN SENTIDO COMÚN
Es a veces incomprensible sostener una apreciación de sentido común, en muchos de los argumentos que se expresan en general, ya sea en los jueces, en los médicos, en los periodistas, en los políticos etc.
Quizá el de los médicos pueden en algunos casos tener cierta valorización científica, la cual llama a reflexiones mucho mas profundas.
Pero los ejemplos que han dado algunos jueces, ha causado estupor por el tenor de la sentencia, que han librado un absurdo hasta de un desconocimiento total del sentido común, donde la hipocresía del fallo, hacía valer que los derechos humanos, solo servían para aliviar penas a delincuentes y no satisfacer justicia justa, sobre alguna víctima del asesino.
Otra intolerable negatividad de justicia, es la lentitud con que esta funciona, donde los casos de relevancia que ayer veíamos como hechos dolorosos, hoy se justifican en una justicia interminable y cuasi olvidada por el pueblo, que adquiere tintes no creíbles de que se hará justicia.
También hay intelectuales, que razonan con el absurdo, donde los menores son causales de una racionalidad de entendimiento como el mismísimo intelectual que le juzga, siendo inocentes, que todavía no conocen la vida de los mayores, y juegan con los juguetes del sentido común, con que la edad se manifiesta en ellos.
También debemos a veces pensar, el porque del periodismo actual, difunde una misma noticia sensacionalista con tan dispares comentarios entre sí, denotando que la verdad la dilucide a conveniencia de quien la escucha, pareciera que todo gira en un gran negocio, donde la palabra “rating” es la mágica consagración de una verdad, y ese aparato de medición fija la verdad de los escuchas o lectores que conocen los detalles de la noticia periodística.
En otro orden pero con igual sentido de la verdad de lo bueno en la televisión lo decide el “rating” el cual tiene el sentido común exacto, verdadero, real, a pesar de que hubo en otros tiempos y a pesar de lo efímero de lo malo, que daba por tierra la exactitud y que el dinero volvía a hacer valer lo bueno.
En esta Argentina de hoy hemos visto en los últimos 27 años de democracia, sentidos comunes y contrasentidos comunes iguales, algo verdaderamente extravagante, intelectualmente científico, justificadamente absurdo pero inevitablemente real, algo que podríamos decir que hemos inventado lo irreal de la realidad pura, Así nuestros políticos interpretaron como esos contrasentidos fueron coronándose en legislación absurda del sentido común.
Por ello cuando llegó el momento de que el pueblo debió sufragar, no hizo ni más ni menos que votar con el sentido común de los políticos.
Es por ello que en la Argentina, los únicos que hoy entendemos a estos políticos somos los argentinos, que realmente en su contrasentido entendemos el sentido común.
El mundo hoy está sumido en una crisis económica, menos quienes siempre estuvimos en crisis, los que vivimos en este sur maravilloso de la Tierra, se preguntarán ¿Por qué? La respuesta está dada leyendo este editorial.
La realidad es que la economía necesita futuro, y ese futuro necesita lo que tiene este continente, esperemos que el contrasentido se haga un sentido común de los políticos, y en el absurdo tengamos la verdadera realidad de lo real.
En cuanto a los Derechos Humanos, nos falta poco para alcanzar el verdadero sentido común, cuando los pobres, los viejos, los niños recobren la justicia social.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 19 de enero de 2012