POR: Mario Luis Pennella
UNA NACIÓN SIN CUMPLIMIENTO DE LAS LEYES
En la República Argentina, no se respeta la Constitución de la Nación, por consiguiente, no existe la justicia, al menos la justicia justa.
Para entender lo que expreso vayamos al comienzo, en la Argentina la representación de gobierno está dada por los tres poderes independientes, los cuales la representan en el estado de derecho, el cual parte de la democracia, emplazada y establecida en la Carta Magna.
Estos son el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, estos poderes son representados independientemente del poder central a igual que los otros dos que funcionan con total y absoluta libertad de independencia entre sí, pero en la Argentina y en este llamado “modelo kirchnerista de gobierno” el mismo no funciona con total independencia, sino con total falta de respeto institucional y constitucional, obviando lo que haya establecido el Poder Judicial, a través de sus máximos representantes, como lo es la Corte Suprema de Justicia, quienes dictan leyes consecuentes con el estado de derecho, como por ejemplo, el 82% de los jubilados etc. No haciendo lugar a lo establecido por este Poder Judicial.
Asimismo en casos en que la justicia debería hacer valer el sentido común, vemos fallos que dan mucho que desear para que estos sean de justicia valedera.
Es también un síntoma de entendimientos de nuestra justicia, tan indeseables, que tienen una rara concepción que raya lo arcaico, por cuanto, las demoras en este tiempo de la comunicación inmediata, parecería que por el contrario la electrónica no existiera, y vienen pedidos de documentaciones afines a juicios, como si estos fueran traídos del exterior en carretas por caminos de tierra, donde documentos que deberían estar al instante prácticamente de pedirlos, llegan en la forma expresada.
Estos fallidos elementos demorados en tal forma, hacen que la justicia se llene de expedientes, a la espera de cerrar causas, o por el contrario entrar en apelaciones interminables, que se traducen en el fuero judicial en “chicanas” que a la postre terminan en el archivo definitivo por el tiempo que inexorable expide, dando por terminado el juicio al prescribir las causas.
De esta manera no es posible desarrollar en la Argentina la justicia justa, amén de algo también que nos castiga al pueblo como individuos, que todavía temblamos ante el temor de enjuiciar al poderoso, y en parte este ‘pasaje de arcaico así lo debe entender el pobre, por cuanto se ve acorralado, al no tener el poder adquisitivo que requiere la demanda tan extensa, para mantener a los abogados en el trabajo que deben realizar, y que demanda dineros que no tienen.
No hablemos de aquellos que los “amigotes de la justicia” suelen estar, en detrimento de los pobres y en beneficio de quienes tienen poder adquisitivo, casos de injusticia ha habido y lamentablemente siguen habiendo.
Si nos pregúntense aquellos jubilados que esperamos ansiosos. ,viejos y enfermos los juicios ganados con sentencia definitiva, sin merma, sin apelación ya por parte del ANSES, según la Corte Suprema de Justicia así lo dispuso, y son obviados por este ente estatal, y vuelta a la espera, rogando al Señor, nos de vida para logra el objetivo, nada más ni nada menos, que luego de haber cumplido con la patria, con el trabajo haciéndolo por más de 30 años, con los aportes rigurosamente mes a mes durante todo el lapso del tiempo de activo trabajador, hoy seguimos percibiendo una mínima, y seguiremos esperando que la justicia justa, nos recompense con nuestro salario digno, bien ganado, y omitido por gobiernos que solo de democráticos tienen la osadía de la oratoria y en la ella la constante mentira, artera al corazón de ex trabajadores condenados a una triste e impiadosa ansiedad.
La República Argentina, está perdiendo ya el sentido común de lo que significa democracia, libertad, patriotismo, amor al prójimo, principalmente a los niños y a los viejos.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 14 de marzo de 2011.
B I C E N T E N A R I O
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