Por: Mario Luis Pennella
Es este un tema de actualidad y por cierto de gran preocupación, especialmente en la Ciudad Autónoma como en el Gran Buenos Aires, de acuerdo al índice de temor ciudadano el Centro de Estudios para la Convergencia Ciudadana, dice que, el 83% de las consultas del área metropolitana, expresó haber sufrido un deldito o al menos ser familiar o amigo de alguien que lo había padecido el año último. El 72% cree que corre el riesgo de convertirse en víctima de un acto criminal, el hecho se corrobora en el aumento sistemático de estos últimos tiempos de la inseguridad, la cual pasa a ser una de la principales causas de preocupación de los ciudadanos.
En los Centros de Gestión y Participación de la Ciudad, se realizan un constante reclamo día tras día a las autoridades pertinentes, a los efectos que la policía tenga más presencia en las calles, con más patrulleros y agentes en las esquinas.
Hasta el momento no se ha encontrado una política eficaz sobre el tema de la seguridad.
Creo sin lugar a dudas que una mejora en los niveles socioeconómicos de la población en un crecimiento sostenido, haría bajar de inmediato esta ola de delitos y además habría una mayor sensación de seguridad.
Pero lamentablemente como suceden en otras cuestiones, las cuales son de gran interés para la inmediata solución de problemas como la pobreza por ejemplo, esta es otra que carece del tratamiento eficaz y decisivo, y por ende ante la desidia de las autoridades, esta temática de la inseguridad en que se vive será el seguir viendo a diario el aumento sistemático de los delitos cotidianos, en las noticias policiales.
La pobreza y el crecimiento de"villas de emergencia" en la ciudad autónoma y en el gran Buenos Aires, hacen de la inseguridad zonas mas propicias para los hechos de criminalidad, ya que en estas viven, se esconden o los usan como parte de estrategias de escondites, muchos de los delincuentes que en la actualidad realizan sus raid delicitivos.
Es inadmisible que se generen estas poblaciones marginales e indigentes, es hora que los recursos sean empleados con justicia sobre estos temas candentes, y se comience con la solución a aquellos indigentes trabajadores o ex trabajadores llegados a este límite social, y a la vez se depure de manera tal donde se encuentren el foco principal de la delincuencia, es decir la droga, parte de una cultura de ignorancia y olvido político hacia sanear esta problemática, muchas veces usado en el clientelismo del interés del poder político, para sus apetencias de poder, aberrante medio para lograr candidaturas y exponer en discursos demagógicos el verdadero estado de la situación social cultural de la Argentina.
Todo esto hace de caldo de cultivo a una constante inseguridad, donde la falta de medios de educación, de trabajo digno, se desliza al punto álgido de tomar el camino delincuencial.
La inseguridad es sin ninguna duda hoy el tratamiento principal de las autoridades competentes, y deben tomarlo como una prioridad de estado, ya que el avance de ella será cada día para tener más víctimas de este flagelo social.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 15 de junio de 2006
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