Por: Mario Luis Pennella
El gobierno cada día está mas lejano de introducir a la Argentina, en el momento político del mundo, y mucho más lejano de imprimir el sello real del progreso, de la seguridad, de la justicia social y mucho más cerca aún de la corrupción política que corroe su estado, donde las peleas internas ambas (la Cámpora y la Sindical), llevan la controversia del poder por el poder, y no se consustancian en el porvenir ciudadano, sino en defender a ultranza posiciones políticas, las cuales devienen en un sentido de absolutismo de pensamientos, los cuales se ajustan a sus conveniencias y no a lo que el pueblo en primera instancia requiere como premisa de vida, sin hambre, con trabajo y porvenir, libertad esta que es el principio altruista de la democracia plena, cuando esta a su vez se ejerce con el cariz de la importancia que tienen los más humildes, los trabajadores sin justicia social, los niños sin integración educacional y los viejos, sin la dignidad de un salario justo, donde hoy se debaten en la justicia y aún así, la mano del gobierno violando la Constitución de la Nación, coarta los beneficios en litigios ganados en la justicia misma, cuando los jueces acuerdan las sentencias favorables y definitivas de estos.
Es aún vergonzante escuchar discursos de la Señora Presidente, sobre la justicia social aplicada por su gobierno y a aplicar, cuando favorece a los sin aportes en desmedro a quienes han aportado por más de 30 años, colocándolos en igual situación, para que cobren el indigno salario, como si lo más de 30 años trabajados y aportados, no contaran para nada, es decir hemos trabajado para compensar a los que no han aportado o sin completar los años trabajados, hago una excepción en la mujer que han jubilado como “ama de casa”, esta si es de justo resultado, ellas aunque si aportes han tenido la dedicación del trabajo en casa, el cuidado de los hijos la educación de ellos, y el cuidado de su compañero en sus debilidades físicas cuando la enfermedad los abatía, etc.
Creo que con la política de la mentira discursiva continua y como “caballito de batalla” en que cuanto mas se miente algo queda, ya a esta altura de la Argentina, en 28 años de democracia, los argentinos hemos aprendido tanto, que podríamos hablar en los fueros internacionales sobre la historia política de nuestra nación, pero esta realidad, es la que nos marca el punto inflexivo y terminante para poder salir de un estado en que la pobreza prevalece como un antecedente no virtual sino real, sobre la mentira real y lo virtual de lo que expresa la política actual del gobierno, asimismo lo exponen como una vil mentira el INDEC, al ver una pobreza ínfima, ante la realidad de un 29% de pobres y un cuasi 8% de indigentes, no podemos tampoco asumir la desnutrición y mucho menos las muertes por hambruna, como suceden en muchas de nuestras provincias, en este, el país de los alimentos, esto a quienes tenemos moral, nos causa vergüenza ajena, y nos derrumba como seres humanos, por cuanto no podemos otra cosa que afirmar, en que es una canallada a ultranza del poder, que debería primar bajo cualquier medida que se adopte en beneficio de salvar vidas y no dejarlas morir, sin importar, midiéndolas en un porcentaje, aún sin verdad. Creo que los argentinos debemos consensuar nuestras cabezas en reflexionar con razonamiento todo lo que nos acontece, antes de definir y colocar en la urna nuestro voto, y repensar que con él podemos cambiar e insertarnos sanamente en el porvenir de este mundo futuro.
Ciudada Autónoma de Buenos Aires, 16 de junio de 2011 - BICENTENARIO
No hay comentarios.:
Publicar un comentario