26.5.15

CON LA PLAZA DEL 25 DE MAYO EL CRISTINISMO

Por: Mario Luis Pennella

La Plaza de Mayo fue una fiesta política, con los grandes gastos de actuaciones y de micros que alentaron la llegada de gente, los dineros del gobierno, siguen aportando para la deuda que le quedará al próximo gobierno.

Mientras tanto la oposición sigue en el mutismo político para que los ciudadanos comiencen a pensar que van hacer llegados al gobierno, en un país sin reservas, sin inversiones hasta este momento y con una inseguridad que raya lo cotidiano con más gravedad,  además del narcotráfico instalado, la pobreza, y una economía, que debe trazar el camino de las correcciones de los errores del gasto público el cual es absolutamente deficitario y escandaloso etc.etc.etc.

Si bien el aniversario de la Revolución de Mayo 205 años de la misma,  se festejó a lo grande, y el gobierno sacó algún provecho político, la oposición siguió regalando espacio político.

Los días van pasando inexorablemente y la ciudadanía espera que esta oposición le diga al pueblo que va a hacer para el cambio, se aproximan elecciones presidenciales.

Lo que vemos los ciudadanos sin dar gran atención a las encuestas sino a lo planteado en este resumen es que país vendrá en el futuro.

Hemos pasado 12 años de kirchenrismo – cristnismo, y la ciudadanía espera un cambio de gobierno autoritario, corrupto, con una inseguridad en constante crecimiento, como así también el descenso económico, producto del exceso gasto público emanado por el estado, en despilfarros onerosos etc.

También en un gobierno que lleva todo este tiempo consagrado a una familia, donde la concentración familiar polarizó la política, de manera autoritaria y consecuentemente a sus criterios personales.

Parte de la ciudadanía espera que vuelva la democracia íntegra a la Argentina, con debates serios en el Congreso Nacional, y  la total libertad de los tres poderes como se emana de la Constitución de la Nación,  Ejecutivo, Legislativo y Judicial y se rompa la corporación política que se ha instalado.

Ante todo esperamos que la ciudadanía tenga la oportunidad escuchar a todos los políticos en  condiciones de gobernar, y expresen claramente que van hacer y como lo van hacer, para que el pueblo votante tenga la claridad para emitir su voto, seguir así o cambiar para mejor.


Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 26 de mayo de 2015.

18.5.15

DIARIO LA NACIÓN DA UN PASO MÁS:

El escenario

Miserias del fútbol, miserias de la política



Nunca la carrera política de Mauricio Macri había estado tan amenazada como el jueves pasado, en la Bombonera. La catástrofe dependió del veleidoso comportamiento de una bengala. Un artefacto similar al que, en 2004, en Cromagnon, sacó de juego a Aníbal Ibarra y le facilitó el acceso a la Jefatura de Gobierno.
Las fotos de los hinchas que intentan incendiar la manga por la que salían los jugadores de River demuestran que la tragedia no fue mayor sólo por milagro. En Pro casi nadie atribuye los desmanes de la Bombonera a una confabulación kirchnerista para perjudicar a Macri. Sólo algunos dirigentes acusan a la policía, a cargo de Sergio Berni, de haber sido displicente para reponer el orden. Y también de errores en el operativo de seguridad montado en la puerta del estadio. Berni es experto en ofrecer explicaciones contradictorias. El viernes dijo que no habían ingresado bengalas a la cancha.
Pero las fotos lo desmintieron 24 horas más tarde.
Los estrategas de Pro prefieren no abrir esa discusión. Temen que, indagando en la intimidad de Boca, aparezca un subsuelo que la "nueva política" prefiere ocultar. Angelici es un engranaje principal de la maquinaria de poder de Macri. No sólo porque está al frente de un club en el cual el jefe de Gobierno sigue siendo gravitante. Angelici maneja resortes decisivos del gobierno porteño, como demostraron los episodios del jueves pasado. El fiscal general de la ciudad, Martín Ocampo, responde al presidente de Boca, que es el padrino de su hijo.
Durante una entrevista periodística, Ocampo señaló que la manga sería secuestrada "porque es un elemento de prueba". Agregó que "tiene dos capas" y que "debieron haberse roto ambas para que pase el gas pimienta, si es que se trató de eso". El compadre de Angelici aseguró: "Queremos dejarle en claro a la ciudadanía que se está investigando desde la Ciudad. Después, las medidas apropiadas se tomarán, según corresponda, desde la fiscalía a cargo del caso". Al cabo de todas esas consideraciones, Ocampo aclaró que, dada la amistad que tiene con Angelici, no se inmiscuirá en lo ocurrido. Menos mal. Las declaraciones fueron realizadas ante el canal C5N, de Cristóbal López, colega y aliado de Angelici en el negocio de los bingos. El presidente de Boca es uno de los puentes más activos entre el empresario kirchnerista y el gobierno porteño. Compite en ese rol con Nicolás Caputo, el socio de Macri. Para ellos no parece haber un fin de ciclo.
Las miserias del fútbol ingresaron, por culpa de los sucesos de la Bombonera, a la campaña electoral. Sergio Massa fue quien primero intentó enredar a Macri en el infortunio de Angelici, cuando dijo: "En Boca se mezcla todo: la política, el club y el fútbol". Fue una denuncia audaz, porque puede estimular a sus rivales a demostrar que en el Club Atlético Tigre, sucede lo mismo.
Florencio Randazzo generalizó: "Lo que pasa en el fútbol argentino es una vergüenza. Hay que terminar con la connivencia entre la dirigencia deportiva y los barrabravas". ¿Recordará Randazzo que su gobierno alimentó la asociación de barras bravas Hinchadas Unidas Argentinas? Julián Álvarez, que es secretario de Justicia, controla un sector de la barra brava de Lanús a través de Matías Soto, "el Polaquito", un militante de La Cámpora.
Tal vez a Randazzo no le importe dañar a sus compañeros al vincular política y delincuencia deportiva. Su principal rival, Scioli, también está tocado por esa red patibularia: la barra brava de Tristán Suárez, que comanda el temible Karma, suele homenajear a Alejandro Granados, el ministro de Seguridad de la provincia. Gastón, uno de los hijos de Granados, es el presidente del club.
Sobre el entramado del fútbol se ha constituido una siniestra transversalidad. Macri mantiene muchísimo poder en Boca, pero a través de Diego Santilli también influye en River. Sus buenas relaciones con Hugo Moyano se extienden a Independiente. Este cruce entre el más popular de los deportes y el poder quedó al descubierto en la aparición de Macri, Massa y Scioli en la apertura de ShowMatch. Los tres aseguraron a Marcelo Tinelli que colaborarán con su sueño de ser presidente de la AFA. También Máximo Kirchner hizo esa promesa. ¿Será Tinelli tan ingenuo como para tomarles la palabra?
El principal rival de Tinelli en la disputa futbolística es Aníbal Fernández, otra víctima de las declaraciones de Randazzo. Como presidente de Quilmes, Fernández suele tener sobresaltos por los hechos de sangre provocados por simpatizantes de su club. Ese vínculo tuvo ramificaciones inconvenientes: integrantes de la barra brava de Quilmes quedaron involucrados en el triple crimen de General Rodríguez, en el que murieron empresarios relacionados con el tráfico de efedrina.
Es comprensible que Massa haya sido el más audaz en el intento por arrastrar a Macri hacia el escándalo de la Bombonera. La disputa entre ambos entró en estado de ebullición. El campo de juego es la provincia de Buenos Aires.
Para utilizar una comparación muy comprensible en ese territorio, Massa es presa del dilema de quien entró al casino con los bolsillos llenos de dinero y ya lleva perdida la mitad. ¿Se queda para recuperarse o se retira para salvar lo que le quedó?
La semana pasada, Massa conversó con Emilio Monzó, el ministro de Gobierno de Macri y su principal gestor político. No llegaron a un acuerdo. Massa sigue pidiendo una primaria de toda la oposición. Pero desde Pro sólo le ofrecen una alianza en la provincia, a través de la cual podría obtener posiciones en la administración nacional, si Macri triunfa. La encrucijada de Massa es desafiante. Corre el riesgo de que su candidatura se reduzca a ser un fenómeno bonaerense. Es decir, que sólo sirva para ayudar a Francisco De Narváez en la carrera por la gobernación. ¿Será tan generoso Massa con el empresario-diputado?
El volátil De Narváez, que hace nueve días juró en Mar del Plata no traicionar al Frente Renovador, abrió su propia negociación con el macrismo. El lunes pasado, el apoderado de su partido Unión Celeste y Blanco, Fernando Rozas, desayunó en La Plata con Marcelo Daletto, mano derecha de Monzó. Nadie sabe si fue debido a esa charla que "el Colorado" comenzó a pedir una primaria bonaerense con María Eugenia Vidal, desentendiéndose de la suerte de Massa. El sábado continuó las gestiones con Gustavo Posse.

LA BATALLA BONAERENSE

En Pro siguen cerrando la puerta a De Narváez por tres motivos. Primero, Macri no tolera sus inconsecuencias. Segundo, muchos dirigentes sospechan que mantiene un pacto oculto con Scioli, administrado por Gustavo Ferrari y, tal vez, por José Scioli, el hermano del gobernador. Tercero, los encuestadores de confianza de Macri explican que, en poco tiempo, Pro ocupará un espacio similar al del Frente Renovador en la provincia y que, en ese caso, Vidal derrotaría a De Narváez. Es curioso: los estrategas del kirchnerismo piensan lo mismo. Creen que Vidal será la candidata con la que deberán competir.
Estos problemas se tratarán en las próximas horas, en una larga reunión convocada por Macri para analizar los próximos pasos de su fuerza. La hipótesis de que Vidal puede fortalecerse en las encuestas tiene una limitación: Pro va a necesitar de todos modos de una estructura territorial. Jesús Cariglino no arrastró a nadie con su pase. Y Dario Giustozzi dejó el Frente Renovador para recalar en el Frente para la Victoria, asociado a Randazzo.
El kirchnerismo pretende capturar todo lo que a Massa se le escape. Pero también enfrenta un problema con la candidatura a gobernador. Julián Domínguez es la figura más novedosa, pero tiene un nivel muy alto de desconocimiento. A Aníbal Fernández lo identifica todo el mundo. Pero tiene un enorme desprestigio. Muchos intendentes presienten que el próximo baño de humildad al que los podría someter Cristina Kirchner será aceptarlo en la boleta. El propio Scioli teme esa ducha. No hace falta prestar atención a la fórmula Recalde-Santoro para advertir que la Presidenta es pésima eligiendo candidatos.
Estas dificultades envalentonan a Martín Insaurralde, quien divulga una encuesta del lobbista César Mansilla -que comparte con Massa y con Cristóbal López- en la que aparece con 21% de intención de voto. El sondeo indica que el esposo de Jesica Cirio se resiste al baño de humildad. ¿Scioli lo acompaña en esa obstinación? Ambos pactaron realizar un acto juntos, pero no se animaron a ponerle fecha.
Scioli observa con preocupación que Cristina Kirchner ha reducido su nivel de prescindencia. Retiró de la competencia a Jorge Taiana, Agustín Rossi y Sergio Urribarri, que restaban votos a Randazzo. Avalado por Carlos Zannini, el ministro del Interior se propuso el sábado ante los intelectuales de Carta Abierta como el abanderado de la izquierda oficialista. Esos profesores ya no tienen vuelta atrás. En un par de sábados recibirán a Aníbal Fernández como la reencarnación del Padre Mujica..
DIARIO LA NACIÓN DA UN PASO MÁS:


El escenario

Miserias del fútbol, miserias de la política



Nunca la carrera política de Mauricio Macri había estado tan amenazada como el jueves pasado, en la Bombonera. La catástrofe dependió del veleidoso comportamiento de una bengala. Un artefacto similar al que, en 2004, en Cromagnon, sacó de juego a Aníbal Ibarra y le facilitó el acceso a la Jefatura de Gobierno.
Las fotos de los hinchas que intentan incendiar la manga por la que salían los jugadores de River demuestran que la tragedia no fue mayor sólo por milagro. En Pro casi nadie atribuye los desmanes de la Bombonera a una confabulación kirchnerista para perjudicar a Macri. Sólo algunos dirigentes acusan a la policía, a cargo de Sergio Berni, de haber sido displicente para reponer el orden. Y también de errores en el operativo de seguridad montado en la puerta del estadio. Berni es experto en ofrecer explicaciones contradictorias. El viernes dijo que no habían ingresado bengalas a la cancha.
Pero las fotos lo desmintieron 24 horas más tarde.
Los estrategas de Pro prefieren no abrir esa discusión. Temen que, indagando en la intimidad de Boca, aparezca un subsuelo que la "nueva política" prefiere ocultar. Angelici es un engranaje principal de la maquinaria de poder de Macri. No sólo porque está al frente de un club en el cual el jefe de Gobierno sigue siendo gravitante. Angelici maneja resortes decisivos del gobierno porteño, como demostraron los episodios del jueves pasado. El fiscal general de la ciudad, Martín Ocampo, responde al presidente de Boca, que es el padrino de su hijo.
Durante una entrevista periodística, Ocampo señaló que la manga sería secuestrada "porque es un elemento de prueba". Agregó que "tiene dos capas" y que "debieron haberse roto ambas para que pase el gas pimienta, si es que se trató de eso". El compadre de Angelici aseguró: "Queremos dejarle en claro a la ciudadanía que se está investigando desde la Ciudad. Después, las medidas apropiadas se tomarán, según corresponda, desde la fiscalía a cargo del caso". Al cabo de todas esas consideraciones, Ocampo aclaró que, dada la amistad que tiene con Angelici, no se inmiscuirá en lo ocurrido. Menos mal. Las declaraciones fueron realizadas ante el canal C5N, de Cristóbal López, colega y aliado de Angelici en el negocio de los bingos. El presidente de Boca es uno de los puentes más activos entre el empresario kirchnerista y el gobierno porteño. Compite en ese rol con Nicolás Caputo, el socio de Macri. Para ellos no parece haber un fin de ciclo.
Las miserias del fútbol ingresaron, por culpa de los sucesos de la Bombonera, a la campaña electoral. Sergio Massa fue quien primero intentó enredar a Macri en el infortunio de Angelici, cuando dijo: "En Boca se mezcla todo: la política, el club y el fútbol". Fue una denuncia audaz, porque puede estimular a sus rivales a demostrar que en el Club Atlético Tigre, sucede lo mismo.
Florencio Randazzo generalizó: "Lo que pasa en el fútbol argentino es una vergüenza. Hay que terminar con la connivencia entre la dirigencia deportiva y los barrabravas". ¿Recordará Randazzo que su gobierno alimentó la asociación de barras bravas Hinchadas Unidas Argentinas? Julián Álvarez, que es secretario de Justicia, controla un sector de la barra brava de Lanús a través de Matías Soto, "el Polaquito", un militante de La Cámpora.
Tal vez a Randazzo no le importe dañar a sus compañeros al vincular política y delincuencia deportiva. Su principal rival, Scioli, también está tocado por esa red patibularia: la barra brava de Tristán Suárez, que comanda el temible Karma, suele homenajear a Alejandro Granados, el ministro de Seguridad de la provincia. Gastón, uno de los hijos de Granados, es el presidente del club.
Sobre el entramado del fútbol se ha constituido una siniestra transversalidad. Macri mantiene muchísimo poder en Boca, pero a través de Diego Santilli también influye en River. Sus buenas relaciones con Hugo Moyano se extienden a Independiente. Este cruce entre el más popular de los deportes y el poder quedó al descubierto en la aparición de Macri, Massa y Scioli en la apertura de ShowMatch. Los tres aseguraron a Marcelo Tinelli que colaborarán con su sueño de ser presidente de la AFA. También Máximo Kirchner hizo esa promesa. ¿Será Tinelli tan ingenuo como para tomarles la palabra?
El principal rival de Tinelli en la disputa futbolística es Aníbal Fernández, otra víctima de las declaraciones de Randazzo. Como presidente de Quilmes, Fernández suele tener sobresaltos por los hechos de sangre provocados por simpatizantes de su club. Ese vínculo tuvo ramificaciones inconvenientes: integrantes de la barra brava de Quilmes quedaron involucrados en el triple crimen de General Rodríguez, en el que murieron empresarios relacionados con el tráfico de efedrina.
Es comprensible que Massa haya sido el más audaz en el intento por arrastrar a Macri hacia el escándalo de la Bombonera. La disputa entre ambos entró en estado de ebullición. El campo de juego es la provincia de Buenos Aires.
Para utilizar una comparación muy comprensible en ese territorio, Massa es presa del dilema de quien entró al casino con los bolsillos llenos de dinero y ya lleva perdida la mitad. ¿Se queda para recuperarse o se retira para salvar lo que le quedó?
La semana pasada, Massa conversó con Emilio Monzó, el ministro de Gobierno de Macri y su principal gestor político. No llegaron a un acuerdo. Massa sigue pidiendo una primaria de toda la oposición. Pero desde Pro sólo le ofrecen una alianza en la provincia, a través de la cual podría obtener posiciones en la administración nacional, si Macri triunfa. La encrucijada de Massa es desafiante. Corre el riesgo de que su candidatura se reduzca a ser un fenómeno bonaerense. Es decir, que sólo sirva para ayudar a Francisco De Narváez en la carrera por la gobernación. ¿Será tan generoso Massa con el empresario-diputado?
El volátil De Narváez, que hace nueve días juró en Mar del Plata no traicionar al Frente Renovador, abrió su propia negociación con el macrismo. El lunes pasado, el apoderado de su partido Unión Celeste y Blanco, Fernando Rozas, desayunó en La Plata con Marcelo Daletto, mano derecha de Monzó. Nadie sabe si fue debido a esa charla que "el Colorado" comenzó a pedir una primaria bonaerense con María Eugenia Vidal, desentendiéndose de la suerte de Massa. El sábado continuó las gestiones con Gustavo Posse.

LA BATALLA BONAERENSE

En Pro siguen cerrando la puerta a De Narváez por tres motivos. Primero, Macri no tolera sus inconsecuencias. Segundo, muchos dirigentes sospechan que mantiene un pacto oculto con Scioli, administrado por Gustavo Ferrari y, tal vez, por José Scioli, el hermano del gobernador. Tercero, los encuestadores de confianza de Macri explican que, en poco tiempo, Pro ocupará un espacio similar al del Frente Renovador en la provincia y que, en ese caso, Vidal derrotaría a De Narváez. Es curioso: los estrategas del kirchnerismo piensan lo mismo. Creen que Vidal será la candidata con la que deberán competir.
Estos problemas se tratarán en las próximas horas, en una larga reunión convocada por Macri para analizar los próximos pasos de su fuerza. La hipótesis de que Vidal puede fortalecerse en las encuestas tiene una limitación: Pro va a necesitar de todos modos de una estructura territorial. Jesús Cariglino no arrastró a nadie con su pase. Y Dario Giustozzi dejó el Frente Renovador para recalar en el Frente para la Victoria, asociado a Randazzo.
El kirchnerismo pretende capturar todo lo que a Massa se le escape. Pero también enfrenta un problema con la candidatura a gobernador. Julián Domínguez es la figura más novedosa, pero tiene un nivel muy alto de desconocimiento. A Aníbal Fernández lo identifica todo el mundo. Pero tiene un enorme desprestigio. Muchos intendentes presienten que el próximo baño de humildad al que los podría someter Cristina Kirchner será aceptarlo en la boleta. El propio Scioli teme esa ducha. No hace falta prestar atención a la fórmula Recalde-Santoro para advertir que la Presidenta es pésima eligiendo candidatos.
Estas dificultades envalentonan a Martín Insaurralde, quien divulga una encuesta del lobbista César Mansilla -que comparte con Massa y con Cristóbal López- en la que aparece con 21% de intención de voto. El sondeo indica que el esposo de Jesica Cirio se resiste al baño de humildad. ¿Scioli lo acompaña en esa obstinación? Ambos pactaron realizar un acto juntos, pero no se animaron a ponerle fecha.
Scioli observa con preocupación que Cristina Kirchner ha reducido su nivel de prescindencia. Retiró de la competencia a Jorge Taiana, Agustín Rossi y Sergio Urribarri, que restaban votos a Randazzo. Avalado por Carlos Zannini, el ministro del Interior se propuso el sábado ante los intelectuales de Carta Abierta como el abanderado de la izquierda oficialista. Esos profesores ya no tienen vuelta atrás. En un par de sábados recibirán a Aníbal Fernández como la reencarnación del Padre Mujica..

15.5.15

FÚTBOL Y DECADENCIA SON SINÓNIMOS
Por: Mario Luis Pennella

Luego de los sucesos acaecidos en la cancha de Boca Junior, se destapó la olla, la cual no es novedad alguna, en cualquier momento iba a pasar.

La decadencia en que hemos llegado en educación es realmente tristísimo, no solo nos pasa a los argentinos por el fútbol, sino que en cualquier lugar y en cualquier acción callejera, no escapa la mala educación que padece la Argentina de hoy.

La juventud no mira bien a los viejos, somos individuos de otro estado global ajeno a la mayoría de jóvenes, lo veo en las calles de Buenos Aires,  y también  viajando en colectivo obviando ceder el asiento a una persona de edad avanzada, o a  una señora embarazada etc. además de hablar con  un léxico que gira siempre en las malas palabras, que constituyen un idioma cuasi personal de estos.

Hablar de fútbol es una causal extraña y de un tenor aterrador, como si se hablara de la tercera guerra mundial, donde también dentro de este espacio de discusión se entra desde los intelectuales del periodismo deportivo, televisivo y radial en una sucesión de debates que dan por tierra la educación aprendida, en la escuela y aún la que dieran sus padres de antaño.

Recopilando todo el fútbol en la República Argentina, no se escapa absolutamente nadie de estar en una cancha de cualquier equipo para vociferar cuanta mala palabra existe y vociferada a los vientos contra la madre, el padre, el espíritu santo etc.
Pero la mala educación es una constante en los medios radiales y televisivos sin importar el espacio de protección al menor, la política del debate dialéctico e intelectual no es razonable en este tiempo, jamás han escuchado políticos socialistas, radicales, peronistas, etc. de otros tiempos idos hoy de aquel la educación y convertidos en conventillos lisa y llanamente, en las escuelas también vemos la misma idiosincrasia, a veces con la violencia de pegarle al  profesor/a porque le colocara una nota baja al alumno en un examen etc.

Puede ser el fútbol de la violencia en un todo al cual hoy se le atribuye la mala educación la cual raya con la seguridad personal de quienes van a un estadio a presenciar un partido de fútbol, cuando el equipo no gana las culpa muchas veces se la lleva el hincha, y todo el mal del equipo pasa por la decadente educación que viene de arriba hacia abajo, y que esta está patrocinada por los de bien arriba y defendida por los artífices de la violencia, donde los culpables no existen si las víctimas del espectáculo muchos la sufrieron con su propia vida, así se maneja las cuantiosas sumas de dinero en un reparto el cual es bien tolerado sin importar el hambre de argentinos que mueren, estos no existen para el fútbol, si los que ganan con el fútbol en la Argentina,  individuos vagos y malhechores apañados por políticos y dirigentes unidos en asociaciones dentro de una institución de fútbol para sus negociados espurios amparados por la política y convertidos en una cofradía tal, que equivalen a esta Corporación política la cual hace ya muchos años gobiernan la nación argentina.

Las elecciones son la capacidad para el comienzo de volcar votos hacia los valores democráticos y soberanos, y tratar de empezar a dar la patada inicial de la educación, la paz social y el destierro de la corporación que está destruyendo los valores, la educación y sometiendo a los  habitantes a la barbarie del fútbol y a la sin razón del progreso y terminar con la decadencia de la República Argentina. Nuestra Patria.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 15 de mayo de 2015.