DISCIPLINA DE LA
DIGNIDAD CÍVICA
Por: Mario Luis Pennella
La mera coyuntura es
pasado la falta de diálogo es la ausencia del otro. Así se gobierna en el
autoritarismo. Sin palabra, sin educación y con un contrasentido de la
convivencia, no hay vida política sino olvido del prójimo, del individuo.
La república es la
necesidad de la libertad, sin ella no hay pueblo y sin pueblo no existe la
democracia de la vida. La vida no es un símbolo emblemático sometido a
criterios hegemónico e intolerantes
Donde prima la palabra
del discurso en forma constante y falaz, la cual sirve a los aplaudidores que
escuchen o no aplauden, todo vale aunque piensen con la contrariedad , por
cuanto están vacíos de valores altruistas para la política, solamente la
conveniencia personal vale, no tienen nada para discernir o debatir, solo están
para aplaudir.
La palabra falsa y
mendaz traiciona todos los valores de moral y verdad, expuestos como la
representación valedera de la política, la cual se esgrime en un puro
egocentrismo que irrita a quienes menos tienen, sufriente del hambre.
Lo falaz en un político
es como escupir el plato de un hambriento, denostando al pueblo pobre que ya
sufre sin importarle el destino que este le depara.
Los gobiernos
envilecidos por el autoritarismo y la avaricia del poder y las riquezas
nunca sienten el dolor de los pobres,
sus codicias dominan el corazón y el cerebro de estos, haciendo de su vida una eterna
mentira, que termina cuando ya el poder lo pierden, y se dan cuenta que no son
ni fueron nada, por cuanto el pueblo envilecido por ellos explota de libertad.
La ambición sin debido
control, anula la fe y el espíritu.
Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, 30 de diciembre de 2014.