29.12.14

DISCIPLINA DE LA DIGNIDAD CÍVICA

Por: Mario Luis Pennella

La mera coyuntura es pasado la falta de diálogo es la ausencia del otro. Así se gobierna en el autoritarismo. Sin palabra, sin educación y con un contrasentido de la convivencia, no hay vida política sino olvido del prójimo, del individuo.

La república es la necesidad de la libertad, sin ella no hay pueblo y sin pueblo no existe la democracia de la vida. La vida no es un símbolo emblemático sometido a criterios hegemónico e intolerantes

Donde prima la palabra del discurso en forma constante y falaz, la cual sirve a los aplaudidores que escuchen o no aplauden, todo vale aunque piensen con la contrariedad , por cuanto están vacíos de valores altruistas para la política, solamente la conveniencia personal vale, no tienen nada para discernir o debatir, solo están para aplaudir.

La palabra falsa y mendaz traiciona todos los valores de moral y verdad, expuestos como la representación valedera de la política, la cual se esgrime en un puro egocentrismo que irrita a quienes menos tienen, sufriente del hambre.

Lo falaz en un político es como escupir el plato de un hambriento, denostando al pueblo pobre que ya sufre sin importarle el destino que este le depara.

Los gobiernos envilecidos por el autoritarismo y la avaricia del poder y las riquezas nunca  sienten el dolor de los pobres, sus codicias dominan el corazón y el cerebro de estos, haciendo de su vida una eterna mentira, que termina cuando ya el poder lo pierden, y se dan cuenta que no son ni fueron nada, por cuanto el pueblo envilecido por ellos explota de libertad.

La ambición sin debido control, anula la fe y el espíritu.


Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 30 de diciembre de 2014.